Decenas de tumbas destrozadas se encuentran en el cementerio de La Piedad, para robarse lo que se pueda encontrar, argollas o cualquier cosa de valor. No solo eso, sino que, también las placas de las lápidas desaparecen. Además de ornamentos como vidrios, jarrones, cruces y cajones extraídos de tumbas y nichos, abiertos con restos humanos regados por todos lados.
Esto se debe a que las autoridades del cementerio no se preocupan por colocar más vigilantes, ya que solo uno, es el responsable de cuidar el camposanto de tal magnitud, ya que los visitantes entran sin registro alguno, y sin son motociclistas, gracias a la velocidad de dicho vehículo, es más fácil poder escaparse. A la falta de seguridad se le suma la falta de limpieza y mantenimiento del mismo.
Los usuarios del cementerio se quejan de que las autoridades no hagan nada, a pesar de lo que se desembolsa en sus respectivas dietas o sueldos. Entre las soluciones que se proponen esta, prohibir la entrada con motocicletas, proveer al personal de la puerta una pluma de acceso, así como personal de seguridad para que recorra el camposanto y por último instalar cámaras de seguridad.
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