Muere Luis Duhalde, reconocido activista de derechos humanos

Falleció el secretario de Derechos Humanos Luis Duhalde, debido a la intervención que se le realizó hace algunos meses por un aneurisma abdominal. La operación duro más de cuatro horas en un hospital de la ciudad de Buenos Aires.

Abogado y autor de veinte libros, fue reconocido como historiador y periodista. Duhalde fue consultor de derechos humanos para la Organización de las Naciones Unidas y también formó parte de misiones de paz en diferentes países de Latinoamérica.

Activismo durante la dictadura

Una de las acciones que realizó antes de ser Secretario de Derechos humanos fue cuando defendió como abogado a peronistas y guerrilleros del Ejército Revolucionario del Pueblo, cuando Argentina se acercaba a una dictadura militar. En aquellos años Duhalde también fue uno de los directores de la revista Militancia Peronista para la Liberación.

Antes de acceder a la Secretaría de Derechos Humanos en donde tuvo su gran reconocimiento, bajo el gobierno de Kirchner, fue juez en lo Criminal  en los tribunales de Capital Federal.

La Biblia, la muerte y los ritos funerarios

Es conocido que la Biblia, ese Libro de muchos libros, está divido en Antiguo Testamento y Nuevo Testamento. Para los primeros la noción de persona era una unidad indisoluble; no la dividía en cuerpo y alma. Con la muerte no llegaba el fin y el cuerpo-alma tenía una gran importancia, por esos los cuidados del cadáver durante los ritos funerarios eran exhaustivos.

La costumbre de cerrarle los ojos a un cadáver, que aún hacemos en todo Occidente, viene de la época bíblica del libro del Génesis. También se besaban los cadáveres y se vestían cuidadosamente (libro del Génesis). Estas tradiciones aun se mantienen.

Entre los ritos funerarios de hoy, la práctica de la cremación como forma correcta de disponer del cadáver es relativamente reciente. Los judíos no practicaban la cremación. Eso era pecado contra el cadáver, porque era una forma de hacer desaparecer totalmente la existencia del fallecido; sólo era común realizarla a los enemigos. Esta herencia se mantuvo por siglos en los ritos funerarios gracias a la influencia del judaísmo sobre el cristianismo.

El Salvador: Patrimonio cultural de Rosario

El cementerio El Salvador se localiza en Rosario, provincia de Santa Fe, y es la segunda necrópolis de la provincia. Su inigualable arquitectura, acompañada de esculturas, vitrales, placas y herrería artística, hace de este lugar un interesante punto histórico y turístico.

Levantado por arquitectos, artesanos y escultores argentinos y europeos, la historia de El Salvador se remonta desde los principios del XIX. Todo comenzó en abril de 1809 cuando el obispo Benito Lué y Riega negó la posibilidad de enterrar a los fallecidos en la Capilla de Rosario, y ello dio pie al plan de abrir un segundo cementerio para la ciudad.

En noviembre de 1855 se iniciaron las obras que permitieron que el cementerio fuera inaugurado el 7 de julio de 1856. El principal objetivo era ubicarlo lejos de la ciudad, de acuerdo a una disposición que data del siglo XVIII, donde se prohibían los enterramientos urbanos y se alejaban los cementerios de los centros poblados.

Los primeros croquis y documentos realizados fueron puestos en los libros y archivos de la antigua Capilla hasta 1860 (año de apertura del municipio de Rosario), luego pasaron a formar parte de los libros municipales que todavía se conservan en el archivo del cementerio.

Desde allí El Salvador no para de crecer con la ciudad y es por ello que se necesitó extenderlo hacia el este y adquirir nuevos terrenos.

Rituales fúnebres en la Argentina

El suceso de la muerte en sí es un hecho notablemente sentido por todo los seres humanos. La importancia que le brindamos a la muerte está recogida en la literatura y con gran presencia en la arquitectura. Las pirámides egipcias y el Taj Majal son fieles representantes.

Por nuestras tierras americanas y también en Argentina tenemos tradiciones sobre todo heredadas de los rituales católicos. El rito romano católico exige unas celebraciones y liturgias para sus fieles. Desde que la persona se encuentra en gravedad de morir está preparada para recibir uno de los siete sacramentos de la Iglesia Católica.

La Unción de los enfermos era conocida décadas atrás como extremaunción por el hecho que es administrada cuando el enfermo está grave. Consiste en aceite de oliva perfumado que ha sido consagrado por el obispo en Misa Solemne una vez al año. Según la tradición católica ayuda el enfermo a recibir consuelo, paz, y ánimo por gracia del Espíritu Santo.

Fallecida la persona, uno de los rituales más solemnes que se podían realizar eran las misas de cuerpo presente. Consiste en exponer, previa preparación funeraria, el cuerpo preferiblemente en un templo donde se realizan oraciones y se celebran misas.

En décadas pasadas se podían contratar mujeres que lloraban y gemían por el fallecimiento del ser querido en los funerales, previo pago acordado.